Abril
Pura casualidad. Le conocí por una estúpida casualidad. Estaba sentado entre dos taburetes, insolente, como desafiando a la gravedad. Le rogué, con un gesto de ceja de mi catálogo de muecas, que abandonara uno de sus asientos y acabó invitándome a una copa. Empezó hablando de la rutina y, por pura casualidad, se fue a su repertorio de canciones tristes que almacenaba detrás de la lengua. De vez en cuando, acompañaba con gotas de saliva alguna de sus palabras, como intentando deshacerse de ellas. Por casualidad, me quedé con algunas. Y ahí empezó todo.
Max
Desde el principio quise ser músico, pero no me dejaron. Siempre encuentro a alguien para hacerle responsable de mis carencias, o eso dice la psicóloga. Será perra. Bueno, yo sé que mi verdadera vocación es la música, pero no me dejaron. Aquella tarde, cuando la conocí, estaba más hundido que nunca. Sentía que mi vida era como la segunda parte de la vida de otro. Al principio creí que detrás de ella, en realidad, había otra. Y me propuse conocerla. A la otra.
Continuará.
En soledad
los segundos mueven
el péndulo de las dudas
No hay comentarios:
Publicar un comentario