viernes, 30 de mayo de 2008

Sexta Entrega

Eladio


Un hombre de pelo castaño, estaba sentado sobre el capó del coche de Abril. Permaneció allí durante más de media hora sin casi cambiar de posición, sólo de vez en cuando descruzaba los pies o se ponía la mano en la cintura. Tenía la mirada perezosa y triste. Beatriz supo que era él. Esa tarde, Abril estaba tardando mucho en salir del trabajo, quizás intentando evitar el encuentro. Pero la persistencia de él aseguraba el momento. Beatriz se acomodó en su coche y sólo le faltaron unas palomitas para sentirse como en el cine ante una de las grandes escenas de la película. Durante la espera, pudo fijarse en Eladio sin problemas. Tenía una especie de halo melancólico, como un aura incómoda que hacía que mucha gente se girara cuando pasaba por su lado. El color tan blanco de la piel, contenía una mirada verdosa y estancada, seguramente, en turbios pensamientos. La psicología barata de las primeras impresiones solía serle de gran utilidad, aunque Beatriz nunca lo hubiera reconocido. Así que aquél era él, el hombre que escribía cartas para Abril y que algún día ella conocería. Algún día como hoy.





A veces,


noto el roce en el cuello


de un labio invisible



No I in Threesome, Interpol

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