viernes, 27 de junio de 2008

Publicidad mortecina





Los temas tabú de nuestra sociedad suelen coincidir con los temas tabú de la publicidad. La muerte es algo que nos incomoda en todos los sentidos pero, al mismo tiempo, es una pulsión que nos atrae aunque aquel Thanatos de Freud diste mucho las muertes publicitarias.



Actualmente, el concepto de la expiración nos sirve para vender un insecticida, unas bolsitas de conservación de alimentos o unos tapones para los oídos. En los tres casos, se convierte en el giro creativo y en ninguno de ellos es la finalidad, sobre todo en el último, en el que el producto nada tiene que ver con la muerte.



El insecticida nos presenta una visión idílica y religiosa (de un bicho). Las bolsitas de plástico se venden con el suicidio en su vis más cómica (de un tomate). Y finalmente, para los tapones, que aportan las imágenes más crudas, la muerte fue un sueño.



Habría mucho que estudiar sobre este tema, sin duda, porque la publicidad podría considerarse como una válvula de escape del subconsciente de una sociedad. Si Freud levantara la cabeza.



El haikú:


Con la cabeza bajo el agua


oigo


al mundo inundado

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