
En este trabajo, realizado por TBWA/MAP Paris parar SOS Sahel, realmente, la muerte, pasa hambre. Y no porque esté a régimen de almas, si no, porque la gráfica evoca las imágenes de niños famélicos, apoyados sobre chavolas y con los vientres inflamados por causa de la desnutrición. Diagnosticamos a esta parca la enfermedad de Kwashiorkor y es el resultado de la ausencia de proteínas en sangre. El titular de la gráfica reza: “En África, no todo el mundo se muere de hambre”. Y es verdad. Hay muchos que viven muy bien, sobre todo en Sudáfrica. Y no nos referimos a la Santa Compaña.
Al final, como siempre, todo se queda en una bien realizada pieza, sin más.
El haikú:
La sal huye
del mar
pegada a tus pestañas
No hay comentarios:
Publicar un comentario