Qué pena de hippies

Es curioso como los estereotipos del hippy y del vegetariano que muestran estas dos campañas, se superponen. Después de ver los dos spots, nos parece que son los mismos personajes los que, después de comer carne edulcorada, se disponen a jugar al fútbol en el salón ¿O quizás después de jugar al balonpié el hambre los aboca inexorablemente hacia su lado más carnívoro? De cualquier manera, la reducción a sendas muestras de la cultura "hippy" y/o "vegetariana" es aterradora. Esta sociedad del Hiperconsumo de Lipovetsky, desdibuja cualquier idea hasta convertirla en una parodia de sí misma. Aun peor: en el simulacro de la parodia. Feliz vuelta al cole.