una patata con ipod

Las crisis personales lo están convirtiendo en una auténtica patata. Una de ésas, irregulares por los polos, como queriendo ser algo pero esclavas de su naturaleza. Las crisis le han dejado esa cara de idiota con accesorios. Él es ahora una patata con ipod. Se levanta todas las mañanas con un sabor de ensaladilla rusa en la boca y disimula ese aliento cuando habla, tapándose la boca ligeramente con la mano, como impidiendo que su aliento le delate y que la auténtica patata hable.

- Oye, ¿qué has comido? haces un olor... no sé, ¿como a patata cocida?

Pues sí, él es ahora una patata, una patata cocida. Y ahora suena guailjorses en su ipod.

Las crisis es lo que tienen.




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