
Quizás el voyeurismo sea una de las patologías más preocupantes de nuestra sociedad. Pero este voyeurismo, al que nosotros a partir de ahora denominaremos voyeurismo social contemporáneo, excede con creces su definición académica que limita el significado de este término al placer por la contemplación de situaciones íntimas de los demás. Pero el voyeurismo social contemporáneo se deleita viendo a través de una mirilla de oro, las miserias de los demás (entendiendo miserias como situaciones de desgracia, hambre, estrés, pánico, etc.). Su función social y psicológica sobrepasa nuestro análisis, pero su repercusión en los medios de comunicación es evidente. Rialitishous, documentales, programas del corazón (o del hígado), son claro ejemplo de ello. Y cómo no, en Santa Clara Brazil, se han inventado esta pieza de exterior que, además, ha ganado un leoncito de bronce en Cannes. El copy debería de ser algo así como: disfruta en primera persona, pero desde tu sofá orejero, de las penurias y desgracias que asolan lejanos y exóticos países. Qué divertido.
El haikú:
El sol dibuja
con el vuelo del pájaro
una culebra en el asfalto
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