
Esta campaña de Air Paris de la Cena de Marithé & François Girbaud de 2005 fue prohibida en varios países, entre ellos Francia e Italia. Y todo ese revuelo, porque se consideró ofensiva. La ofensa es un concepto muy interesante. Una de las acepciones del DRAE nos dice que ofender es ir en contra de lo que se tiene comúnmente por bueno, correcto o agradable. Pues a nosotros nos pueden ofender muchos mensajes, y no sólo publicitarios (seguramente, estos son de los que nos ofenden menos porque se les ve bien el plumero, no como los informativos o las series de televisión al uso) y también nos podemos sentir ofendidos porque una campaña de publicidad se prohíba - es que ofende hasta escribir este verbo en comunicación.

Volvamos a la marca. Está claro que le gusta jugar con la ofensa. Porque en 2007 se puso a trabajar con otra agencia que le hizo este trabajo- entre otros-. Como la colección estaba inspirada en el África colonial de comienzos de siglo, las imágenes se trasladaron allí mismo (pero sin pista alguna del tiempo presente). Es que África da para mucho, la tez oscura y los paisajes lunares son divinos de la muerte...

Y para su últimas campañas, se fijan en los estereotipos familiares y sociales. Qué modernazos que son. La anti-naturalidad de las poses (¿quién se sentaría como la mujer de pelo blanco de la izquierda de la imagen? ¿una contorsionista? ¿una porn-star jubilada?) y de los looks de los modelos, enquistan aún más ciertos estereotipos sociales que pretenden hacer más cercanos, consiguiendo justo lo contrario.
Que no se nos ofendan en Marithé, pero esto huele al Benetton de Oliviero Toscani. Parece que son unos auténticos manipuladores-polemizadores-imitadores. Eso sí, muy chics.
El haikú de esta mañana:
No es el tiempo en mi rostro.
Son manchas
en el espejo.
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