Iván se mueve como un niño, salta, patalea y se muestra sencillo, eterno. Coordina movimientos simples, y se curva sobre sí mismo, imaginándose solo ante cientos de almas, aunque, como en Me toca tirar, se encontró rodeado de gente que no conocía y todos sabían su nombre.
Sólo tocó un par de canciones de Los Piratas pero, esa brevedad, hizo grande el instante. Para el concierto, bajó su tono de voz y vistió de negro algunas canciones que se hicieron mayores allí mismo.
Escuchamos sus letras en directo y, de nuevo, descubrimos escondidos matices, densos y siempre tristes. Sus textos son eslóganes, cada frase podría ser la primera de un libro.
Envidiamos, por un momento, a esa persona a la que, secretamente, le dedica todos y cada uno de sus temas.
(…) Quemé todos mis trajes de color
Brindé por el blanco y el negro
Noté lleno de arena el corazón
Y vi que hago canciones para ti...
Sólo canciones para ti (…).
Iván Ferreiro, “Canciones para el tiempo y la distancia”.

alterfan
El haikú del lunes:
Barremos los recuerdos.
Pero la escoba
los guarda bajo la alfombra.
2 comentarios:
Antonia, eres tu la de la foto????? ya me ha dicho Laura que se le jodio el concierto. Por to post supongo que estuvo chulo.
Sigo en mi encarcelamiento
Antonia! Aguanta! unos granos no van a poder contigo.
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