Sin vistas a nada
triste ventana de un wc de carretera
Por la mañana, al levantarnos, subimos la persiana, corremos las cortinas y dejamos entrar la luz. Pero, día tras día, la rutina lo convierte en un acto reflejo. En realidad, nunca miramos a través de la ventana. Podría estar tapiada. Como nuestro futuro.
Las migas de luz
en la pared.
Intenta comérselas el gato
4 comentarios:
q post + triste antonia....x diosss...no digas esas cosas. Aunque lo que es triste de verdad es esa ventana....¿por qué la tapan? tanto molesta que entre la luz del sol....o un pekeño rayo que dé aliento.
¿Tapian para que no veamos o para que no nos vean?
nos quieren tener retenidossssssssssssssssssssssss. Realmente pienso que lo hacen para las dos cosas.
Me ha encantado.
No ver, es justo lo que trato de evitar cada vez que subo la persiana.
Publicar un comentario